Y0L
FASHION
Víctor Contreras dejó
el Ejército y hoy tiene 23 tiendas de ropa para jovencitas en Gamarra.
“No hay mal que por bien no venga”, es el
dicho que mejor se aplica a la vida de Víctor Contreras. En 1989, cuando era
técnico de tercera en el Ejército y piloteaba helicópteros, ganó una beca para
especializarse en Rusia. Pero el día que la resolución salió en “El Peruano”,
firmada por el presidente y el comandante general, se enteró de que otro había
sido beneficiado en su lugar. No soportó la injusticia y pidió ser dado de
baja.
Hoy, 18 años después,
Contreras es un empresario textil, dueño de una fábrica con 1.000 trabajadores
y de una marca de ropa para mujeres jóvenes; Yol Fashion. Pero Contreras no
entró en el negocio de las confecciones por casualidad, pues desde que
pertenecía al Ejército había demostrado habilidad como vendedor. “Iba al
Mercado Central, compraba ropa al por mayor y luego la ofrecía a mis compañeros
de trabajo”, recuerda.
Sin tener un taller
ni maquinas, Contreras comenzó en la confección de camisetas para mujer. Tomaba
los servicios de otros talleres. Su primera inversión fue de S/.1.000 con los
que encargó hacer 100 polos. Luego un sobrino, al cual entrenó en las ventas,
fue el encargado de colocar la mercadería a crédito y consignación en Polvos
Azules, polvos Rosales, Magdalena y Jesús María. Sus clientes eran tanto dueños
de puestos, como ambulantes en los alrededores.
Para finales de 1993
su producción de temporada era de 2.000 polos y la marca Yol, nombre de su
segunda hija que le pareció el más atractivo comercialmente, se consolidaba.
“Ese mismo año noté que mi ganancia podía ser mayor si confeccionaba en un
taller propio”, dice. Su trabajo fue apreciado por la distribuidora Agunsa, que
en 1994 le dio un crédito de US$5.000 para comprar sus primeras seis
máquinas de coser industriales. Con
ellas Creaciones Yol incorporó minifaldas y pantalones a su línea de producción
y alcanzó las 10.000 prendas mensuales.
Pero una red de
clientes grande también tenía su lado problemático. “Había gente que no pagaba
y eso me perjudicaba mucho”. Contreras no se dio por vencido ante esta
situación. Por el contrario, considera que esta etapa lo preparo mejor para lo
que vendría. En 1998 amplío su planta a 70 máquinas y en el 2000, ante la
persistencia de los problemas con la venta mayorista, abrió su primera tienda
en el emporio de Gamarra para vender directamente al público. Terminó ese año
con cinco tiendas –hoy tiene 23- y empezó a confeccionar jeans. En el campo de
batalla, Contreras aplicó todas sus habilidades y formación de estrategia. El
resultado de esta disciplinada
conducción es Corporación Yol, con dos fábricas de 150 máquinas cada una, 44
puntos de venta en el Perú y una producción de 10.000 prendas diarias.
¿Qué
cualidades posee Víctor Contreras que lo
ha hecho llegar a tener éxito? mencione 6 de ellas y explique cada una.
1.- Determinación
y Coraje.
Ante la injusticia de la que fue víctima, al no ser él quien se ganó la
beca de especialización, don Víctor tuvo que aceptar los problemas y tomar oportunas
decisiones para solucionarlos con eficacia, además de eso es un emprendedor que debe anticiparse a las dificultades, y estar
en la capacidad de identificar cuando algo está mal para corregirlo.
2.- Creatividad e Innovación.
Todo negocio se mantiene en el
mercado también gracias a la creatividad e innovación para satisfacer a los clientes,
ya que con el transcurrir del tiempo las expectativas en el consumidor cambian.
En el caso de Yol Fashion ha tenido que
innovar en el aspecto tecnológico, aspecto humano, en estructura. Este es el
proceso por el cual las ideas son generadas, desarrolladas y transformadas en
valor agregado. No es necesario inventar lo que ya está inventado, pero si es
necesario identificar nuevas posibilidades de hacer las cosas y garantizar
diferenciación.
3.- Persistente.
Esta cualidad se aprecia en la época donde sus clientes no le pagaban,
pero esto no lo detuvo para nada, al contrario hizo posible que ponga la
primera tienda en Gamarra para vender directamente al público en general. Toda iniciativa debe ser
persistente. Tratar una sola vez y darse por vencido no es suficiente. Hay que
dar un paso a la vez y buscar perfeccionarlo de manera creativa y organizada si
es que no ha dado los resultados esperados a la primera.
4.- Visión.
Muchos tratamos de adaptarnos a lo que la vida
nos trae, a lo que la vida nos da. Muchos nos quejamos de las circunstancias en
las cuales vivimos, o de la falta de oportunidades que hemos
padecido. Pero no estamos dispuestos a ser nosotros quienes construyamos
nuestras propias circunstancias.
Para alcanzar el éxito Víctor ideó
un plan de trabajo el cual lo visualiza en objetivos finales. El trabajo
comienza definiendo los pasos estratégicos que lo llevará a alcanzar los
resultados. Además a partir del establecimiento de las metas,
se gana una perspectiva más clara de cuáles son las prioridades
inmediatas y necesidades en el presente.
5 Disciplina.
De todos los ingredientes necesarios para el
éxito, quizás el más importante es la disciplina. Esta no es otra cosa que la
cualidad de cumplir con una tarea, sin importar si tienes o no deseos de
llevarla a cabo. Sin disciplina, ahorrar, bajar de peso, dejar de fumar, hacer ejercicios sacar adelante tu
negocio en fin, cualquier meta, por sencilla que sea se vuelve difícil, sino
imposible. Esta va de la mano con ser Organizado.
La clave para mantenerte organizado no está en
qué tipo de archivos tengas o qué tan limpio esté tu escritorio, sino en cómo
administras tu negocio, tu vida. Es establecer una rutina mediante la cual
puedas conseguir lo mayor posible durante la jornada laboral. De hecho, debes
desarrollar sistemas y rutinas para todas tus tareas.
6.- Pasión.
Los emprendedores como Víctor
se entregan a su actividad con cuerpo y alma
para lograr las metas y objetivos trazados. La pasión es un componente
esencial que orienta otras conductas, y hace sobrevivir al
sacrificio que requiere la empresa.
Cuando nos entregamos a cumplir nuestras metas,
las cuales nos hemos trazado, nace un compromiso personal con nuestro trabajo. Por
lo tanto cada vez que cumplimos un objetivo sentimos satisfacción personal que
va relacionado con la pasión que debemos tener a cada acción que realicemos.